3 de marzo de 2021
En su libro Esperanza en la oscuridad, Rebecca Solnit afirma que la esperanza crece en la incertidumbre del futuro que nos espera. Cuando las noticias nos hablan de dos millones y medio de muertes a nivel mundial por culpa de la COVID-19 —un drama humano de una magnitud sin precedentes en nuestros tiempos—, no resulta fácil hacer un ejercicio de introspección, sacar fuerzas de flaqueza y buscar motivos para la esperanza en no saber lo que va a pasar.
¿Y vamos a encontrar ese resquicio de esperanza? ¿Podemos esperar algo positivo de toda esta odisea?
Sí.
Ahora mismo no hay forma de predecir qué consecuencias acarreará el coronavirus a largo plazo. Lo que sí está en nuestra mano es no dejar pasar las oportunidades para dar un empujón a los asuntos que más nos importan y lograr que vayan por buen camino. Dicho de otra forma: aun en mitad de una crisis, podemos conseguir que muchas cosas cambien a mejor.
Gracias a que somos una comunidad por y para la gente con casi un millón de personas que viven en este continente, Movemos Europa está en condiciones de hacer realidad el progreso que queremos ver.
En enero llegó el momento de preguntaros por qué merece la pena luchar en 2021. Queríamos conocer la opinión de quienes tienen la misma voluntad de transformar la Unión Europea, así que enviamos una encuesta con varias preguntas. La acogida ha sido muy buena y hemos recibido una gran cantidad de respuestas.
Lo que más nos preocupa es lograr que los 750 000 millones de euros para financiar la recuperación poscovid se destinen a proyectos encaminados a crear una sociedad sostenible. Estamos ante una ocasión de oro para que Europa experimente un cambio revolucionario y no vamos a dejarla pasar. ¿Cómo? Haciendo todo lo posible por que los Gobiernos formulen planes geniales que inviertan ese dinero en beneficiar a la ciudadanía y a las generaciones venideras, en vez de que acabe en las arcas de la industria de la energía fósil.
Ahí no acaba la cosa. Decimos que somos una comunidad por y para la gente, y no es una forma de hablar: los resultados de la encuesta demuestran que nos importan los demás, sobre todo las personas migrantes y refugiadas. Vamos a seguir peleando para que Europa sea más hospitalaria y humana, para que su actitud nos llene de orgullo. El siguiente paso es asegurarnos de que Frontex, la Guardia Europea de Fronteras y Costas, rinde cuentas ante la población y ante los dirigentes. El Parlamento Europeo ha puesto en marcha una investigación de esta agencia y de su director, Fabrice Leggeri. ¿Será 2021 el año en que empezamos a tratar de otra forma a quienes llegan a nuestras fronteras?
Poner fin a los trucos fiscales del mundo corporativo fue un objetivo muy popular en casi todas partes. Para muchas empresas (en particular, los colosos del sector digital), la crisis del coronavirus se ha traducido en una escalada de beneficios y riqueza nunca vista. Mientras tanto, la Unión Europea debatirá este año si se debe permitir que la ciudadanía sepa a cuánto ascienden los impuestos que multinacionales como Google, Facebook y Amazon pagan en todos los países. Aquí tenemos mucho que decir y mucho que cambiar.
La Política Agraria Común también destaca en la encuesta, en especial en Alemania, Francia e Italia. Este año todavía podemos convencer a nuestras instituciones de que abandonen la idea de subvencionar las macrogranjas y el uso de fertilizantes y plaguicidas industriales. En su lugar, tenemos la oportunidad de adoptar otra filosofía de producción alimentaria que sea saludable, justa y sostenible.
Estos son solo algunos de los ejemplos más señalados de lo que nos espera en 2021. Como se suele decir, a grandes males, grandes remedios: nuestra intención es pelear para que esas soluciones valientes y eficaces se materialicen. ¡Quien la sigue, la consigue!