Un documento de Forest Defenders Alliance
Toda la madera formó parte en algún momento de un árbol, el elemento básico de ecosistemas enteros que almacena gases de efecto invernadero.
Hoy en día, la Unión Europea subvenciona al sector de la biomasa por generar energía a partir de la quema de madera… pero el discurso oficial de la industria es que solo queman madera seca y excedentes: las ramas muertas, la corteza, el serrín y los residuos forestales, pero no árboles vivos y enteros.
Puntos más importantes del informe:
- La quema de madera emite más CO2 por cada unidad de energía que la quema de combustibles fósiles.
- Regenerar bosques para que vuelvan a retener esas emisiones lleva décadas, si no siglos. No nos queda tanto tiempo para luchar contra el colapso climático: tenemos que tomar medidas ahora mismo.
- De toda la madera que se incinera en la UE para generar energía, más del 50% procede de árboles que se han talado directamente de bosques. Está previsto que la cifra aumente.
- Los investigadores recurrieron a satélites, drones e imágenes de Google StreetView para poder ver lo que sucedía en las centrales donde se quema madera para producir energía. En muchos casos, las empresas anuncian en su sitio web que solo incineran serrín y demás «residuos» madereros. El informe revela que también queman troncos enteros. Su tamaño y las cavidades que se han formado en algunos de ellos apuntan a que proceden de bosques naturales antiguos.
- Incluso si estas centrales queman astillas y gránulos, el origen es el mismo: los bosques. Los estudios de las fábricas donde se producen los pellets de madera también llegaron a la conclusión de que se trituraban árboles enteros.
- En la Unión Europea, la producción de energía de la biomasa provoca la misma contaminación por carbono que el total de emisiones notificadas en Polonia o Italia.
«¿Y qué más nos da?»
La Comisión Europea ha ignorado en gran medida las recomendaciones de sus propios equipos científicos: dejar de talar y quemar árboles.
La Unión Europea considera a la biomasa «energía renovable».
Para cumplir los objetivos en cuanto a energía renovable, la UE concede unas subvenciones muy cuantiosas. Este dinero (nuestro, ya que son fondos públicos) financia la tala de árboles para generar energía de la biomasa.
En general, la tala para este fin es más perjudicial que la tala tradicional, ya que estos subsidios tan apetecibles a la energía renovable han desembocado en que merezca la pena cortar incluso los árboles que antes «tenían poco valor». Las zonas taladas suponen la destrucción de hábitats de animales; empobrecen la diversidad de flora, fauna y hongos; disminuyen la fertilidad de los suelos y su capacidad de captar dióxido de carbono; y merman la capacidad de regeneración de los bosques.
Tenemos que conservar por completo los bosques. Ahora más que nunca, está claro que la biomasa no es una fuente de energía sostenible. No hay suficientes residuos forestales como para que la biomasa cumpla las expectativas en cuanto a sus posibilidades de «energía renovable». El informe pone de manifiesto que la UE tiene un hambre insaciable de energía de la biomasa, y ese apetito está tragándose los bosques de nuestro continente y de todo el mundo.
Puedes leer el informe completo (en inglés) aquí
A continuación te dejamos algunos artículos de prensa relacionados: