Nuestra visión del futuro de Europa

El problema

La UE está afrontando la peor crisis de su historia. El modelo neoliberal adoptado por los dirigentes de la UE ha chocado de lleno con la naturaleza: se ha elegido el camino de la obsesión por el crecimiento económico sin prestar atención a sus consecuencias. Este es el capítulo regional de una historia a nivel mundial.

Este camino conduce a la destrucción del planeta y se caracteriza por un deseo de seguir subvencionando los combustibles fósiles y extraer petróleo, contradiciendo así completamente los compromisos adquiridos por la UE para luchar contra el cambio climático. La narrativa simplista de los líderes europeos arguye que podemos continuar creciendo sin ningún coste y que la tecnología salvará el clima y, por tanto, la humanidad.

Sin embargo, también se trata de una historia sobre una concentración de poder extrema y una apropiación política por parte de los intereses económicos que llevan a una legislación endeble y a la pérdida de protección de las personas. El resultado es una profunda desconexión entre cómo se toman las decisiones a la práctica y los valores que habitualmente proclama la UE (respeto por la dignidad y derechos humanos, libertad, democracia, igualdad, Estado de derecho, pluralismo, no discriminación, tolerancia, justicia y solidaridad).

También existe una desconexión entre dichos valores y el modo de funcionar actual del liderazgo en toda Europa. El liderazgo europeo es patriarcal, basado en un sistema de supremacía del poder ejercido por los hombres. No se trata de acciones realizadas por hombres a título personal, sino de un sistema profundamente arraigado. Es un sistema basado en los valores de la competencia, control y jerarquía, que se repite a lo largo del tiempo. Faltan mujeres, personas de color, jóvenes y mucha otra gente a nivel directivo. Se dice que repetir la misma acción una y otra vez esperando un resultado diferente es la definición de locura. Pero también lo es repetir lo mismo con la misma gente y esperar un resultado diferente. Nuevos tipos de liderazgo pueden conducir a diferentes ideas y resultados.

Esta mezcla de economía neoliberal, patriarcado y racismo constituye una de las causas fundamentales de la crisis en Europa. Para conseguir que Europa recupere su rumbo, debemos centrarnos en estas causas fundamentales.

La alternativa

Mientras que la Comunidad Europea original se asentaba sobre las bases del acero, el carbón y la paz, la nueva UE debería asentarse sobre las bases de una transición ecológica y justa. Podríamos vivir en una Europa diferente que dé valor al bienestar. Podríamos vivir en una Europa que dé valor al cuidado mutuo, a la comunidad y a los vínculos humanos. Una Europa consciente de su huella social y medioambiental, con acceso gratuito al transporte público para todos, que acepte y valore a los inmigrantes, que respete y aplique la legislación internacional sobre los derechos humanos, que redefina su economía más allá de las teorías neoliberales, que apoye las cooperativas, que de un paso más y "no deje a nadie de lado", que coloque a comunidades discriminadas en el centro de poder, que valore el conocimiento de la juventud y escuche qué tiene que decir sobre el cambio climático antes de que sea demasiado tarde. Podríamos vivir en una Europa que escuche.

En una Europa que escucha, la democracia puede prosperar. El odio tiene menos cabida. La gente se siente escuchada, puede participar en la toma de decisiones, hay espacio para la reforma, es posible disentir. La democracia es más que votar cada cinco años. Votar es importante, de eso no cabe duda, pero existen muchas otras maneras de que la ciudadanía pueda expresar su opinión, desde consultas significativas a asambleas ciudadanas, pasando por las iniciativas ciudadanas europeas que, de hecho, pueden acabar siendo adoptadas.

En una Europa que escucha, la nación ya no basta como vehículo para canalizar la participación ciudadana. Europa no es un simple espacio geográfico, es un proceso y una búsqueda, un movimiento liderado por la ciudadanía europea. Avanzamos cuestionando nuestros propios límites y fronteras.

En una Europa conectada, podemos construir un demos europeo fuerte capaz de conectarse. La gente se involucra porque ve la relación entre los problemas que tiene en casa y los de sus conciudadanos en otros rincones de Europa. Se sienten europeos porque sienten la necesidad de unirse a favor de causas existenciales para la ciudadanía y el planeta. Saben que nos unen más cosas de las que nos separan, y que tiene más sentido colaborar que competir en cuestiones fundamentales como la justicia fiscal, el cambio climático, la inmigración e incluso la vivienda.

Como Movemos Europa, desempeñaremos un papel en la reconexión de personas en toda Europa, con el fin de generar un sentimiento de solidaridad y confianza, no de miedo y desconfianza hacia otros. Conectaremos historias y conversaciones entre países. Apoyaremos y divulgaremos la historia de los valientes alcaldes y consejos locales en ciudades que se ponen al lado de inmigrantes, reconstruyen pueblos, luchan contra las injusticias y desafían la norma.

Trabajaremos para conseguir un tipo de liderazgo diferente en Europa, que haga las cosas de otro modo. Este liderazgo:

Existe un camino alternativo para Europa, uno que se toma sus valores seriamente. Uno que pone en práctica algunos principios fundamentales y adopta nuevas ideas que todavía no están generalizadas. El camino hacia esa Europa es un proceso a largo plazo. El cambio real no puede producirse de la noche a la mañana.

Los principios

Coherencia

Si nos comprometemos con el acuerdo climático de París, tenemos que asegurarnos de que nuestras políticas europeas en materia de energía, industria y agricultura respaldan dicho compromiso. Las políticas deben ser coherentes, de lo contrario los dirigentes nunca dejarán de incumplir sus promesas.

Democracia

El poder del pueblo. La ciudadanía europea sigue muy alejada del proceso de toma de decisiones en Europa. Las herramientas disponibles no les hacen sentir que tengan ningún poder. Actualmente, buscamos maneras de mejorar dichas herramientas, crear nuevas alternativas y lograr que la ciudadanía participe en un círculo virtuoso democrático en Europa.

Feminismo

Los principios feministas adoptados por los líderes municipales europeos podrían ayudar a cambiar el poder y la ciudadanía para bien. Principios y valores como empoderamiento, participación, inclusión, igualdad, justicia, humildad y coraje.

Crecimiento (olvidémonos de él)

Si todas las decisiones clave en Europa se toman según el nivel de crecimiento económico que puedan generar, Europa acabará por desmoronarse. El crecimiento económico es el criterio central de las decisiones en Europa, y esto nos está destruyendo. Necesitamos una redistribución mucho mayor si queremos que algún día la ciudadanía se beneficie del crecimiento. Además, debemos recordar que solo disponemos de un planeta. La alternativa es adoptar criterios de toma de decisiones que prioricen el bienestar en detrimento del crecimiento económico.

Aplicación (de leyes)

En la UE se están promulgando leyes excelentes. En materia de regulación medioambiental, la UE cuenta con la mejor del mundo. Sin embargo, si los Estados miembros no aplican las leyes, estas no sirven para nada. La Comisión Europea tiene que poner más empeño en garantizar la aplicación de dicha legislación.

(Luchar contra la) Desigualdad

La desigualdad en materia de ingresos, oportunidades y representación ha llegado a un nivel tan peligroso que incluso en Davos hablan del tema. Si Europa realmente quiere centrarse en las personas y el planeta, entonces la lucha contra la desigualdad es la cuestión más importante para la ciudadanía.

Interseccionalidad

De nada sirve luchar contra el sexismo, homofobia, racismo y otras formas de opresión como si fueran causas separadas. Todas ellas son batallas entrelazadas o intersectoriales que, en el fondo, comparten las mismas causas fundamentales. Debemos trabajar unidos para ganar unidos.

Lengua

La lengua es poder. El inglés como lengua franca en Europa favorece la comunicación entre las personas. Pero también supone un peligro para la diversidad lingüística en Europa si se convierte en el único idioma. Movemos Europa apoya todas las iniciativas para proteger la diversidad lingüística y libertad de expresión en muchos de los idiomas que representan la colorida diversidad de Europa.

Inmigración

Europa debe hacer respetar, como mínimo, la legislación internacional sobre los derechos de los inmigrantes. Si queremos ir más allá, debemos cuestionar las narrativas que demonizan a los inmigrantes y refugiados y fomentar un mayor intercambio, que ayude a las personas a darse cuenta de que los inmigrantes representan una contribución positiva al enriquecimiento social, cultural y económico de Europa. También debemos luchar contra la incoherencia de las políticas europeas, que siguen permitiendo la venta de armas, el acaparamiento de tierras y el menoscabo de la producción local en las regiones más pobres mediante la producción subvencionada en Europa.

Más en común

La UE se basa en la idea de la unidad en la diversidad. Se trata de un continente con una enorme diversidad de población que vive junta y practica diferentes culturas. Hay que celebrar dicha diversidad. Pero también debemos reconocer que, por lo general, tenemos más cosas en común que nos unen que cosas que nos separan. En una época en la que la extrema derecha no deja de fomentar el odio y el miedo, tenemos que esforzarnos por acercar a las personas a pesar de sus diferencias, y encontrar así un espacio común.

Norte, Sur, Este, Oeste

Existen desigualdades de poder en todos los rincones de la UE. Por ejemplo, la voz y representación de los países que se unieron a la UE a partir de 2004 sigue siendo más débil que la de sus homólogos en otras partes de Europa. Esto puede corregirse.

Poder

Las multinacionales se han apropiado del proceso de toma de decisiones de la UE. Para contrarrestar esta situación, estamos logrando que cada vez más gente exija una regulación más estricta en nombre de la ciudadanía y el planeta.

Pobreza

El 24% de europeos corren el riesgo de caer en la pobreza. La causa principal de ello es la desigualdad de oportunidades. La idea de una Europa social sigue sin funcionar para mucha gente.

Reglamentación

La reglamentación es importante. Para los derechos de los trabajadores, para el medioambiente y para la salud. El auge de la economía esporádica (gig economy) y de las grandes multinacionales auditoras ("the Big 4") ha provocado que la regulación sea más complicada y a la vez más importante que nunca. Concretamente, la reglamentación laboral en cuestiones como el salario mínimo, horario laboral y vacaciones es crucial. Aquí es donde Europa podría brillar en todo su esplendor.

Estado de derecho

Uno de los valores y pilares más importantes de la democracia europea es el Estado de derecho, que debe defenderse para proteger los derechos fundamentales de todas las personas en Europa.

Europa social

Estamos luchando por una Europa más social que plante cara a la pobreza y la desigualdad, que regule las condiciones laborales, la igualdad de oportunidades, el acceso al trabajo, la protección social y la inclusión.

Subsidariedad

Debería ser posible la organización a nivel local o municipal cuando esto facilita las cosas. Aunque es difícil coordinar políticas en materia de cambio climático e inmigración, existen muchos ámbitos en los que no es necesario legislar a nivel europeo.

Suficiencia

Europa necesita adoptar una cultura de suficiencia que acabe con la obsesión por el crecimiento. La organización Amigos de la Tierra describe la suficiencia como "la antítesis al permanente "más alto, más lejos, más rápido, más cantidad". En lugar de eso, prioriza la calidad de vida en el trabajo, la educación y el ocio. No se trata de más, sino de mejor.

Cambio sistémico

En los últimos años, las campañas han venido ganando batallas pero perdiendo el planeta. La preferencia por campañas basadas en el cambio incremental ha significado que todavía no podemos afirmar que ha habido un progreso real. Debemos empezar analizando las causas fundamentales de nuestros problemas y persiguiendo cambios de más envergadura, capaces de transformar el poder dentro del sistema y, en última instancia, cambiar el mismo sistema.

Transparencia

No existe ningún otro lugar donde el principio de transparencia se vulnere más que en el Consejo Europeo, la cámara de nuestros propios representantes de cada Estado miembro. Tenemos que exigir un cambio radical, empezando por la publicación de las actas de reunión, para impedir que nuestros dirigentes puedan decir una cosa en Bruselas y otra cuando juegan en casa.

Tratados

Los actuales tratados de la UE, ratificados por los Estados miembros de la UE, están contribuyendo a la austeridad en todos los países de la UE. Debemos preguntarnos si es posible lograr una Europa verde y justa sin reformar los tratados ni la norma del 3% de déficit. Movemos Europa quiere entablar un diálogo más profundo sobre la necesidad de reformar los tratados.

Urgencia vs. cambio sistémico

Somos conscientes de la urgencia de la situación política de la UE. Queremos ayudar a crear un cambio cultural a largo plazo en Europa y un espacio de innovación a corto plazo. Sin embargo, somos conscientes de que si nos centramos únicamente en la crisis actual, tenemos las de perder.

Valores

Ha llegado el momento de tomarse en serio los valores de la UE (respeto por la dignidad y derechos humanos, libertad, democracia, igualdad, Estado de derecho, pluralismo, no discriminación, tolerancia, justicia y solidaridad).

Buenas ideas

Ya existen muchas buenas ideas para poner en práctica los principios citados anteriormente:

Baja parental 50/50

La brecha que existe entre los hombres y mujeres en Europa es enorme. Según los datos disponibles, dicha brecha es razonablemente pequeña para las personas sin hijos, pero se convierte en abismal tras el nacimiento del primer hijo y nunca vuelve a cerrarse para las madres. Algo similar ocurre con el acceso a la esfera y cargos públicos para las mujeres. Sin igualdad en el cuidado de los hijos, no habrá igualdad en ninguna otra parte. Europa debe asumir sus responsabilidades.

PAC coherente

La Política Agricola Común (PAC) debe estar en consonancia con otras directivas que protegen a la ciudadanía y a la naturaleza. La PAC está socavando seriamente los esfuerzos a favor de proteger la naturaleza y a los humanos, y por tanto debe adaptarse.

Asambleas ciudadanas

Movemos Europa se ha inspirado en el ejemplo de Irlanda, que recientemente vivió un importante experimento democrático mediante la asamblea ciudadana sobre el aborto. El experimento reunió a ciudadanos y ciudadanas —seleccionados al azar— para ser escuchados y para que preguntaran, debatieran y reflexionaran sobre una cuestión polémica con una larga y difícil historia. Se experimentó con la democracia deliberativa sin renunciar al compromiso con la democracia representativa, entendiendo que no compiten, sino que se fortalecen una a la otra.

Educación ciudadana

La participación ciudadana activa e informada constituye la base de la democracia. Las escuelas públicas pueden desempeñar un papel importante en la educación civil y pueden ayudar a los estudiantes a entender cómo funciona la UE. Todas les escuelas públicas europeas deberían incluir en su plan de estudios una asignatura que ayudara a entender mejor la UE. Esto podría impulsar una mejor participación de voto y una mejora en el proceso de toma de decisiones de la UE. A una ciudadanía con más conocimientos y mejor conectada le sería más fácil mejorar las políticas europeas.

Asamblea constituyente

Se trata de redefinir el papel de las instituciones europeas y el significado de la democracia mediante la participación generalizada de la ciudadanía. Implicaría convocar una asamblea constituyente en la cual toda la ciudadanía europea tuviera voz y pudiera ser elegida a nivel transnacional. Su función sería la de redactar y promulgar una nueva Constitución Democrática para Europa.

Iniciativa Ciudadana Europea (ICE)

La ICE es un mecanismo para aprovechar el poder de la ciudadanía con el fin de crear o cambiar políticas y leyes europeas. Con un millón de firmas de ciudadanos y ciudadanas europeos es posible lograr cambios y crear nuevas leyes. Las instituciones europeas deben tomarse más en serio este mecanismo transnacional de democracia directa, porque hay Estados miembros que todavía desconocen dicha herramienta y porque la Comisión sigue sin poner en marcha las nuevas ideas y considera la herramienta como una mera fuente de temas a incluir en su agenda.

Erasmus para todos

Erasmus está considerado como uno de los mejores programas de la UE, y probablemente lo sea. Sin embargo, sigue siendo un programa para los más privilegiados, porque solo es accesible a los estudiantes universitarios. En este sentido, un Erasmus universal para todos los jóvenes sería una propuesta excelente.

Asociaciones europeas

Hasta el momento, las asociaciones solo pueden registrarse por separado en un Estado miembro. Esto representa un gran obstáculo para el crecimiento de asociaciones entre fronteras y para la creación de una comunidad de asociaciones europeas como es debida.

Emisora pública europea

Europa necesita más espacios de debate. Una emisora pública europea independiente podría permitir que gente de diferentes ámbitos participara en el diálogo global.

Pilar social europeo

Las regiones europeas al servicio de las grandes multinacionales están cada vez más unidas e integradas. El coste de dicha unificación recae en los hombros de gente corriente en situaciones precarias, con condiciones laborales cada vez peores y servicios públicos y sanitarios insuficientes. En algunos países y regiones, la situación es muy grave. La UE debe responsabilizarse de su gente y construir un pilar social europeo que garantice el bienestar de toda la ciudadanía.

Representación de la UE en organizaciones internacionales

La UE debería tener un puesto en organizaciones internacionales para lograr una mayor representación, dejando atrás la obsoleta tradición de ofrecer dicho puesto a Estados miembros como Francia, Alemania y Reino Unido.

Ciudades sin Miedo

Esta red internacional de ciudades nace de la fuerza de las urbes como lugar idóneo para dar cabida a un cambio progresivo y unas conexiones internas más fuertes entre comunidades dentro de los límites de la ciudad. El liderazgo de Ciudades sin Miedo se basa en valores feministas y podría convertirse en un modelo sólido para las instituciones europeas. Las ciudades desempeñan un papel fundamental en Europa, y por ello debería apoyarse cualquier esfuerzo a su favor.

Europa feminista

Una Europa feminista reconoce y aborda el poder y los grandes desequilibrios de poder entre los diferentes grupos existentes en Europa. No considera el poder como algo negativo, pero antepone la idea del "poder con" otros grupos, a la del "poder sobre" otros grupos o el control. Una Europa feminista también da importancia a la representación 50/50 entre hombres y mujeres en el poder. ¡Todo esto y mucho más!

Libertad de movimiento

La libertad de movimiento es una de las mejores decisiones que jamás haya tomado la UE. Dicho esto, en vista de la crisis de solidaridad en Europa, resultado de un incremento de personas huyendo de la guerra, la pobreza y el cambio climático, se están reconstruyendo fronteras y cuestionando la libertad de movimiento en la Unión Europea. Debemos luchar por mantener este principio básico.

Índice de Felicidad Bruta

Europa podría inspirarse en los aspectos más positivos del Índice de Felicidad Bruta. Básicamente, esto significa que las decisiones más importantes y que probablemente acaben por afectar a la ciudadanía deberían cotejarse con un conjunto de indicadores de la felicidad. Como es el caso de los acuerdos comerciales. Si es probable que interfieran en la felicidad de la ciudadanía, podrían descartarse. La felicidad podría ser una alternativa excelente al crecimiento económico.

Política de lucha contra las drogas basada en la reducción de daños

En vez de tratar a las personas que consumen drogas como delincuentes, esta política debería centrarse en la reducción del daño y en tratar a las personas que consumen drogas como personas que necesitan ayuda y tratamiento. Las políticas de mano dura que criminalizan el uso de las drogas exacerban los sistemas vigentes de pobreza y desigualdad y gastan unos recursos estatales valiosos en prisiones, vigilancia policial y procedimientos judiciales sin abordar las causas fundamentales del problema. Los valores europeos como el respeto por la dignidad y los derechos humanos, la justicia y la no discriminación requieren políticas basadas en la reducción del daño en todas las personas.

Transición justa

La transición justa se basa en el cambio de una economía extractiva a una economía regenerativa, en el marco de un proceso de transición que sea justo. Si el proceso no es justo, el resultado nunca lo será.

Registro obligatorio de los grupos de presión

El sistema de registro actual de los grupos de presión no funciona porque es voluntario. Todas las entidades que ejercen presión a la UE deben publicar sus gastos. Además, los funcionarios deberían tener constancia de todas las reuniones.

Impuesto mínimo de sociedades

Algunos países europeos como Luxemburgo o Chipre son, a efectos prácticos, paraísos fiscales. Otros, como Hungría y Polonia, ofrecen generosas exenciones tributarias para atraer a empresas. Las multinacionales no pagan sus impuestos y miles de millones de euros que deberían destinarse a escuelas, hospitales y transferencias sociales acaban en manos privadas. Un impuesto mínimo de sociedades europeo podría acabar con estas prácticas inmorales.

Salario mínimo en Europa

Los búlgaros ganan una décima parte de lo que ganan sus conciudadanos europeos en Luxemburgo. En la división internacional del trabajo, algunos países europeos son —y sus gobiernos a menudo quieren que así siga— una fuente de mano de obra barata, donde los trabajadores no reciben un salario digno y a donde se trasladan las empresas del núcleo central europeo. La UE tiene el poder de cambiar esta situación mediante la creación de un mecanismo de convergencia entre los salarios mínimos y otros coeficientes en materia laboral.

Nuevo acuerdo ecológico

El nuevo acuerdo ecológico trata fundamentalmente de reestructurar la economía para mejorar el trabajo y garantizar un futuro digno. Es un plan para acabar con la austeridad, volver a invertir en las comunidades, evitar una catástrofe climática y garantizar la prosperidad de generaciones futuras.

Justicia fiscal

Con un escándalo tras otros, no podemos seguir tolerando que las multinacionales paguen pocos impuestos o directamente ninguno. La creación de puestos de trabajo jamás puede compensar la pérdida de ingresos fiscales, de los cuales dependen los países para ofrecer servicios públicos como sanidad y educación. Del mismo modo que la ciudadanía debe pagar sus impuestos, las empresas deberían hacer lo mismo. La UE podría hacer mucho más al respecto.

Trenes

Necesitamos más trenes, así como billetes más asequibles y accesibles. Europa necesita una red ferroviaria de propiedad local para ayudar a reducir los viajes en avión y el cambio climático, así como para mejorar las conexiones en Europa.

Listas de votación transnacionales

Escoger a los candidatos según su partido y no el país podría ayudar a crear una identidad europea más fuerte y una perspectiva más allá del ámbito nacional.

Acuerdo vinculante de la ONU sobre empresas transnacionales y derechos humanos

El acuerdo vinculante velaría por que las empresas fueran completamente responsables de las violaciones de los derechos humanos y los delitos medioambientales. Vencer los marcos voluntarios de responsabilidad civil corporativa que existen actualmente es vital para conseguir que la economía se adapte a los derechos y bienestar de las personas y para acabar con la impunidad corporativa.

Fuerza desarmada de paz europea

Se trataría de una fuerza similar a las brigadas internacionales de paz o al Foro Alemán de protección civil, que permitiera que personal ajeno al ejército y al gobierno intervinieran y mediaran en conflictos; un cuerpo similar a las fuerzas de pacificación de la ONU, pero sin armas https://nonviolentpeaceforce.org

Derecho universal de voto

Oficialmente, el 4% de la ciudadanía de la UE vive en otro país de la UE que no es el de su nacimiento. En realidad, este número es incluso mayor. A su vez, personas de fuera de la UE también viven en Europa. Este grupo paga sus impuestos, pero no puede decidir sobre sus pensiones, escuelas para sus hijos, sanidad o su derecho a quedarse. Una solución sería el derecho universal de voto en todas las elecciones, según el lugar de residencia y no el de ciudadanía.

Reducción de la jornada laboral

La ciudadanía europea debería poder trabajar menos. La regulación europea en materia de horario laboral podría dar lugar a un debate muy necesario sobre el poder y los derechos de los trabajadores, así como sobre la desigualdad en Europa. Actualmente, existen 12 horas de diferencia por semana entre la jornada laboral de los países de la UE donde más y menos se trabaja. Estas diferencias provocan que las industrias se trasladen a países "más baratos" dentro de la UE.